Naturaleza

Flores

Acuarela sobre papel hecho a mano,  20 x 20 cm, 2001. Colección Privada.
Acuarela sobre papel hecho a mano, 20 x 20 cm, 2001. Colección Privada.

           Si reflexiono sobre el hecho de crear, a menudo he recurrido a las escenas naturales para expresar sentimientos, que van cobrando sentido a medida que son liberados. El arte es un modo de comprendernos a nosotros mismos; es un proceso, impregnado de nuestros pensamientos, a través del cual tan solo podemos imitar a la naturaleza porque ésta es la obra de arte suprema. Un artista solo puede emular sus formas y colores al producir una serie de efectos que la creatividad puede controlar; esto es el acto creativo.       

Títulos de la obra por orden de aparición: 1 noche, (Yoru). Pigmento mineral, 61 x 73 cm, 2001. Colección Privada. 2 dibujo de hibiscus. 25 x 25 cm, 2010. 3 hibiscus. Acuarela. 80 x 65 cm, 1989. Colección Privada. 4 dibujo de hibiscus. A3, 2001. Colección Privada. 5 isla. Acuarela, 45 x 45 cm, 2011. Colección Privada. 6 geranio. Tinta china, 18 x 14 cm, 2006. Colección Privada. 7 geranio. Pigmento mineral, 18 x 14 cm, 2006. Colección Privada. 8 ramas. Tinta china, A4, 21 x 29.7, 2006. 9 margaritas. Óleo sobre lienzo. 30 x 38 cm. 1997. Los títulos en japonés corresponden a obras realizadas en Japón.

Lirios. Acuarela y lapices acuarelables, A3, 2000. Obra donada a ONG Saim
Lirios. Acuarela y lapices acuarelables, A3, 2000. Obra donada a ONG Saim

           En este proceso del acto creativo las flores y plantas, las hojas con sus formas caprichosas y los tallos con esa verticalidad que dirigen los trazos, ofrecen muchas posibilidades de explorar con el color o el material que utilizamos. La acuarela y el gouache son técnicas muy adecuadas porque trabajamos sobre papel y el medio es el agua, que facilita las transparencias y el movimiento. Pero también otras técnicas, que mantengan esta cualidad un tanto efímera de las representaciones de flores, son aconsejables. Por ejemplo, los colores pastel, los lápices de colores y acuarelables son también materiales que facilitan el dibujo de plantas y flores. A mi en particular me interesó mucho aprender las técnicas japonesas de pintura por lo tradicional del proceso y el resultado tras largas sesiones de trabajo.

Noche (夜 Yoru). Pigmento mineral, 61 x 73 cm, 2001. Colección Privada.
Noche (夜 Yoru). Pigmento mineral, 61 x 73 cm, 2001. Colección Privada.

La obra "Noche" fue la primera pintura que realicé con dichas técnicas. Representa la planta de hibiscus que solía ver en los alrededores del Castillo de Shuri, en Naha, al salir de mi casa o al volver. Mirando con detenimiento pude comprender y visualizar su forma y los cambios que la luz de la luna provocaba. Las calles alrededor del castillo estaban muy oscuras y el claroscuro que se observaba en cualquier objeto o vegetación era un tanto sobrecogedor. En el apartado "Técnicas" muestro un dibujo previo a la obra final.

 

Dos (二人 dos). Pigmento mineral, 22.8x15.8 cm, 2002. Colección privada.
Dos (二人 dos). Pigmento mineral, 22.8x15.8 cm, 2002. Colección privada.

           Este es otro ejemplo, un díptico pintado sobre “washi” con pigmento de minerales. Se titula "Futari" que significa "Dos" (personas) y representa la belleza, encarnada en la figura del cantante y actor japonés Fujiki Naohito, 直人藤木. La belleza humana es comparable a la de una flor. Así como una flor no dura fresca más que unos dias nosotros no siempre permaneceremos jóvenes. Este hecho irremediable lo he expresado a través de dos sentimientos aparentemente contradictorios; por un lado, el provocado por los sueños incumplidos y por otro el inspirado por la belleza, se equilibran a través del suave fluir de las conchas que parecen caer del cielo. Las conchas son símbolo de refugio, de hogar, de algo que permanece. Ciertamente las conchas y las flores encierran una gran belleza. Unas son erosionadas por el agua del mar y otras se marchitan con el paso de los dias. Del mismo modo nosotros no permanecemos nunca iguales, cambiamos con el paso del tiempo, envejecemos, lo cual es señal de que vivimos.

 Acuarela previa para la obra "Dos".
Acuarela previa para la obra "Dos".
Rosa seca, dibujo a lápiz; marco con maderas erosionadas por el mar de Bretaña. 2017. Colección privada.
Rosa seca, dibujo a lápiz; marco con maderas erosionadas por el mar de Bretaña. 2017. Colección privada.

Así es, la naturaleza ha sido desde siempre una gran fuente de aprendizaje. Realmente todo está ahí, las formas, los colores, las distancias, las perspectivas, los detalles…solo hay que observar. La naturaleza es el mejor modelo y el mejor símil de vida, como por ejemplo el que nos ofrece una flor. La rosa es bella tanto antes de florecer, cuando ha florecido, en todo su esplendor o cuando comienza a perder sus hojas y se seca.  Así creo que hay que admirar al ser humano, que supera a todo lo creado, pero es comparable a ello.

 

Aquella rosa, (あの薔薇 Ano bara). Pigmento mineral, 51 x 73 cm, 2003.
Aquella rosa, (あの薔薇 Ano bara). Pigmento mineral, 51 x 73 cm, 2003.

          "Aquella rosa" expresa un sentimiento de angustia, representado por el gesto de los brazos que surgen del mar. Pero la desesperanza va dejando paso a la esperanza, simbolizada por los bellos colores azules y la rosa aún fresca.

           Las olas y las flores también tienen en común muchos recovecos. Los giros en los pétalos pueden ser como los movimientos circulares de las olas. Ambas imágenes evocan la inestabilidad humana, el continuo devenir cambiante de nuestras vidas.

 

Títulos de la obra por orden de aparición: 1. Flores. Acuarela, 29.7 x 21 cm, 1989. Colección Privada. 2. Dibujo de rosas, 29.7 x 21 cm, 2006. 3. Rosas. Lápiz acuarelable, 36 x 51 cm, 2006. Donación a ONG Saim. 4. Cerezo de Okazaki. Pigmento mineral, 100 x 81 cm, 2008. Colección Privada. 5. Detalle de Cerezo de Okazaki.

Paisaje

        Observar la naturaleza es una de las cosas necesarias para un artista y algo innato en el ser humano. El problema es el ritmo que llevamos en nuestras vidas; lo alejados que vivimos del contacto con la belleza que la naturaleza nos brinda. Por eso, cuando he tenido ocasión, he querido capturar esos preciosos dibujos que se producen en el cielo o el mar. Si lo pensamos, podemos decir que son obras abstractas pintadas en un gran lienzo sin límite ni pausa. Solo la cámara o la pintura lo transforma en una imagen en dos dimensiones. Pero, el espectáculo que nos ofrece el viento moviendo las nubes, el sol iluminando el cielo, la lluvia que pronto caerá, las múltiples formas que se generan sin cesar...esto no puede más que ser imitado por el artista.

Títulos de la obra por orden de aparición: 1. Paisaje ilusorio. Acuarela, 40 x 40 cm, 1995. 2. Isla. Acuarela, 36 x 51 cm, 2005. Colección Privada. 3. Mi cielo. Pigmentos minerales, 50 x 30 cm, 2002. Colección privada. Lápiz acuarelable, 14.8 x 21 cm, 2004. Colección privada.

        Este dibujo lo hice en Naha y fue un estudio para "Mi cielo", una obra realizada con pigmentos según la técnica japonesa. Para este tipo de pintura es fundamental hacer dibujos previos, aunque luego la obra resulte diferente. Esto depende del modo de trabajar de cada uno. Hay personas que reproducen exactamente su boceto, a modo de los bocetos renacentistas, y otras que solo se inspiran en él. Yo creo que soy de las segundas pues casi siempre cambio algo. Quizás debería ser más ortodoxa, pero soy de la opinión de que hay que dejar hablar a la obra y completarla según nos sugiere o dicta su proceso de creación. En este caso mi dibujo expresaba querer tocar el cielo, detener los colores y las formas que siempre están en movimiento durante el anochecer o el amanecer.

Exposición In connection with nature
Exposición In connection with nature

        Este fue otro dibujo también lo hice como boceto para "Mi cielo", pensando en la idea de "tocar el cielo" o "detener el movimiento de las nubes".

        La posición de la mano es distinta en cada dibujo porque trataba de representar la imposible idea de "detener el cielo". De hecho, finalmente no pinté la mano. El movimiento es incesante, el cielo es etéreo, su belleza es tan efímera... Sin embargo, cada día puede repetirse. Si vemos un amanecer o un anochecer, empieza el día o acaba el día. Estamos vivos. Una persona en sus últimos días de vida, cada vez que puede ver un anochecer o un amanecer es un día más que vive, que forma parte del milagro. Debemos ser aún más conscientes del gran privilegio que es vivir.

         Los paisajes son para el pintor una fuente de inspiración y un motivo para dar rienda suelta a su capacidad de expresión. No es posible ser totalmente fiel a la naturaleza. Ni qué decir tiene que el espectáculo que ofrece es imposible plasmarlo en toda su extensión, pero nuestra obra será como una ventana. Mirar, observar, descansar, reflexionar, pensar, son hoy en día privilegios de la vida porque vivimos rápido. Los artistas podemos ofrecer ese pequeño oasis en nuestras pinturas. Al menos esa es mi intención, además de poder expresar mis sentimientos a través de ellas. 

        En la siguiente acuarela, que realicé por encargo, quise plasmar el frescor y la calma que se respiran en las islas de Okinawa, en Japón. Aún en la temporada de lluvia, esa tranquilidad no desaparece. Y la luz sigue iluminando los bellos colores de la naturaleza, que resaltan de modo especial en aquellas tierras. A la pintura acompaña un poema, un haiku 俳句 que compuse con versos de 5, 7 y 5 sílabas. Dice así: "shizukana yo / haru no ame da wa  / kokorozashi." “mundo tranquilo    es la lluvia de primavera    deseo”

"La isla". Acuarela, 46 x 45 cm, 2005. Colección privada.

La contradicción del amor (愛の矛盾 Ai no mujun). Pigmento mineral, 95 x 100 cm, 2003. Colección privada.
La contradicción del amor (愛の矛盾 Ai no mujun). Pigmento mineral, 95 x 100 cm, 2003. Colección privada.

          "La contradicción del amor"  hace referencia a la solidez de los sentimientos representada por la roca. Al mismo tiempo, representa la fragilidad del amor en el romper de las olas que vienen y van. Es curioso observar que en la roca  aparece el perfil de una mujer. Esta forma surgió inconscientemente y me llevó a visualizar el centro de la roca como un corazón. Ni me di cuenta, cuando pintaba las rocas, de que en sus formas se encerraba una misteriosa forma de mujer. Se aprecia su perfil en la parte izquierda. La forma de la mujer se prolonga en una forma redondeada que guarda similitud con un corazón.

           Lo pinté tras una visita a la isla Aka, de Okinawa, en el mes de agosto. La playa está bastante retirada de la población por lo que es un paraje único. La belleza de estas islas japonesas es muy difícil de representar en un cuadro, pero trabajando con los colores de los pigmentos minerales, tenía la sensación de estar más cerca de la naturaleza que trataba de plasmar, lo cual me animaba a continuar con el trabajo.

           Esta es una pequeña acuarela enmarcada que utilicé como estudio previo para la pintura. De nuevo, el paisaje de Okinawa quedó en el recuerdo a través de varios apuntes, bocetos y la pintura final en la cual pude expresar la unión entre mar y cielo. Experimenté con el volumen que permite la técnica japonesa el cual se consigue tras muchas sesiones de trabajo. Me gusta mucho esta obra por la gama de colores y la simbología de las formas.

Recuerdo de Mabuni (摩文仁の覚え Mabuni no Oboe). Pigmento mineral, 91x155 cm, 2002. Colección privada.
Recuerdo de Mabuni (摩文仁の覚え Mabuni no Oboe). Pigmento mineral, 91x155 cm, 2002. Colección privada.

           Con este cuadro,  "Recuerdo de Mabuni",  resolví muchas dificultades técnicas de la pintura japonesa, que estaba aprendiendo entonces. Se trata de una técnica elaborada y de difícil ejecución por lo que se necesita mucho tiempo para completar una obra. Lo pinté durante mi estancia en Okinawa, a lo largo de medio año y lo doné a la Escuela Provincial de Naha para Niños Discapacitados de Okinawa, 沖縄県立那覇養護学校 (Okinawa kenritsu Naha Yougo Gakkou) en Naha.

           La mujer retratada es alguien que conocí en Itoman, al suroeste de Naha, que estaba sentada esperando el mismo autobús que yo para ir a Mabuni, al lado del puerto. Allí se encuentra el "Memorial Peace Museum", el monumento dedicado a las víctimas de la Batalla de Okinawa en la Segunda Guerra Mundial, 平和礎 (The Cornerstone of Peace). Conversé con ella sobre su familia de Hawai, su padre era nativo de aquella isla, pero había emigrado a Japón de joven. Su hermano, desaparecido en la batalla de Okinawa, era lo que le llevaba a visitar aquel monumento a menudo, a pesar de que no supo nunca de su paradero.

El viaje. Pigmentos minerales, 135 x 180 cm. 2003. Colección privada.
El viaje. Pigmentos minerales, 135 x 180 cm. 2003. Colección privada.

           En la obra “El viaje” representé a un joven que viaja en tren. El primer plano de la pintura está ocupado por una figura muy simbólica dentro de la cultura japonesa, “Hotei sama” 布袋様. Este fue un monje nacido en China, que solía caminar con una vestimenta como se ve en la pintura, portando una bolsa de tela. De hecho, su nombre es un apodo chino que significa “ropa vieja” 布袋. “Sama” es un tratamiento de señoría, 様. El saco, que siempre le acompañaba, dicen algunos que estaba vacío, otros que lo llenaba con lo que encontraba. Se le atribuyen buenas obras como ayudar a mujeres y niños a cruzar el río cargándolos en su espalda. Lo cierto es que su popularidad ha llegado hasta nuestros días y en Japón es uno de los siete dioses de la fortuna. Elegí su imagen como deidad o presencia que acompaña al joven en su viaje.

           El vagón del tren está integrado en el paisaje por el que pasa, un estanque con nenúfares, un camino, un sendero que lleva a un bosque, a una casa, al hogar. En Japón siempre se habla de “furusato” como lugar de nacimiento al que volvemos o dónde hemos vivido anteriormente. Es una palabra muy significativa que expresa el arraigo a la tierra, al hogar. Imaginé que el joven, al que un día vi en uno de mis viajes, pronto quería volver a su pueblo; después de un largo viaje añoraba su niñez. Por esto mismo representé algunos elementos que simbolizan la infancia, como una pequeña zapatilla roja, o flores que sobrevuelan el espacio de la pintura. Son flores que surgen del diseño de la zapatilla, en las que unas flores rodean a Hello Kitty, personaje tan emblemático de la iconografía japonesa reciente. Las florecillas se extienden por el lienzo a modo de ilustración, movidas por el viento, y contrastan con la forma definida de la rosa que sostiene en sus manos.

           Esta obra también la doné a la Escuela Provincial de Naha para Niños Discapacitados de Okinawa, 沖縄県立那覇養護学校 (Okinawa kenritsu Naha Yougo Gakkou) en Naha.

           Y volviendo a tierras españolas, uno de los cielos más bonitos que pueden verse es el cielo abierto de La Mancha. Precisamente por ser esta una tierra más "plana", sin los altibajos de la montaña y ladera de otras zonas de España, sin los altos edificios de las ciudades, parece que hay más espacio para poder observar el horizonte y el cielo en toda su extensión. Además, existe una curiosa conexión con el paisaje marítimo de las costas. No sé si porque de verdad lo sentía así o porque anhelaba mucho la visión del mar que mi tío me dijo una vez que los paisajes manchegos, los cuales se extendían interminables con sus viñas, eran como el océano. Aquello me quedó grabado y siempre que he recorrido aquellos paisajes, desde el tren o desde el coche, o cuando he ido a visitar las viñas, tengo de verdad esa sensación y recuerdo del mar.

Socuéllamos. Óleo. 100 x 81 cm, 1997-2015. Colección privada.
Socuéllamos. Óleo. 100 x 81 cm, 1997-2015. Colección privada.

           “Socuéllamos” es el pueblo de La Mancha donde nacieron mis padres. Este cuadro, un óleo sobre lienzo, representa una vista de la iglesia. Lo pinté un verano, durante el caluroso mes de agosto. Iba cada día hasta las puertas del cementerio y dejaba los materiales sobre una especie de medianería, que separaba el camino al cementerio de un terreno con viñas. Sujetaba el lienzo en un caballete plegable y me disponía a pintar. Fue un ejercicio propuesto por uno de mis profesores de doctorado, que entonces realizaba en el departamento de pintura de la Facultad de Bellas Artes de Valencia. El cuadro tuvo varias transformaciones y lo terminé años más tarde. Actualmente forma parte de la decoración de una empresa privada.

 

Niños en las rocas. Óleo sobre tabla. 60 x 180 cm. 2000. Colección privada.
Niños en las rocas. Óleo sobre tabla. 60 x 180 cm. 2000. Colección privada.

           Este cuadro titulado "Niños en las rocas", está pintado al óleo sobre tabla, utilizando además una técnica mixta con una masa parecida a la escayola para aportar volumen. Las dos figuras están totalmente integradas en los elementos del paisaje. Este está pintado como queriendo estar en primer plano junto a los niños.