学習者の考えや意見・・・ Gakushuusha no kangae ya iken ・・・ El pensamiento y opinión de los estudiantes...
Conocí a Álvaro a través de una red social. Se interesó por mi libro para estudios de japonés y conversamos sobre el aprendizaje de la lengua. Por su afición se unió a alguna cena con mis alumnos y pudimos compartir buenos momentos. Ha viajado a Japón y es un entusiasta del idioma y la cultura. Él mismo nos cuenta su experiencia.
Mi nombre es Álvaro Belloch y soy valenciano. Soy actor. Mi decisión por comenzar a estudiar japonés se remonta allá por el año 2012. Siempre fue una cultura que me maravilló desde pequeño, pero jamás me planteé el aprenderla. Lo veía algo demasiado complejo hasta que, gracias a internet, por medio de YouTube, vi por fin un camino a seguir.
Comencé con hiragana y katakana; la belleza y satisfacción de poder leer lo que para mí eran símbolos extraños fue una experiencia increíble y me alentó para proseguir con el estudio. Así que aproveché que abrieron una academia de idiomas en Tavernes Blanques, donde vivo, y les comuniqué que me interesaba aprender este maravilloso idioma. Para mi sorpresa, al poco tiempo contactaron con un profesor y pude asistir a clases una vez por semana. Así estuve dos años y pico y mientras estudiaba en casa, veía vídeos sobre japón con nostalgia pensando que me encantaría ir pero que tal vez ese día jamás llegaría. Aun así, me armé de valor y sin saber cómo lo haría encontré un billete a Japón para casi dos meses. Al día siguiente, decidí vender el coche y como tenía tiempo en ese momento busqué alojamiento y una academia de idiomas en Tokio y cumplí mi sueño. Al regresar, mis ganas de aprender no hicieron más que crecer y ahora estudio en la escuela oficial de idiomas de Valencia.
La verdad es que cuando fui a Japón tenía un nivel muy elemental, tal vez no fue el momento idóneo para ir puesto que hoy en día lo aprovecharía mucho más. No obstante, aprendí mucho ya que el estar expuesto al idioma a todas horas hizo que el vocabulario lo absorbiera mucho más rápido. El día a día fue muy interesante pues siempre se aprenden palabras nuevas, por ejemplo, al ir al supermercado simplemente y buscar un ingrediente, lo buscaba en el diccionario y preguntaba al trabajador… esas palabras solían quedarse aprendidas.
Para estudiar japonés, en mi opinión, es necesario ser constante, dedicar un horario exclusivo para kanji y no estudiar demasiados de una sentada, porque estudiarlos es algo precioso, pero de golpe se puede convertir en una pesadez por el ansia de dominarlos lo antes posible. El estudio de los caracteres es trabajo para toda la vida; sabiendo esto hay que disfrutarlos, no temerlos. Leer todo lo posible ayuda a aprender sus diferentes lecturas; en mi caso es mucho mejor que tratar de memorizarlas sin más, puesto que de esta manera se me suelen olvidar. Mi nivel poco a poco va mejorando y me doy cuenta que estudiar este bello idioma es mi felicidad. Álvaro Belloch Peris (2020)
Conocí a Silvia cuando aún era una niña. Sus padres se interesaron por mis clases particulares y comenzamos un curso compartiendo la clase con otra compañera suya. Para mí fue una experiencia muy gratificante como profesora ya que aprendían con interés y entusiasmo. Entonces, estudiaban principalmente con mi libro de lengua y cultura japonesa. Posteriormente, continué enseñando a Silvia y pudimos desarrollar su capacidad de comprensión y lectura, curiosamente, con libros publicados en Japón para niños extranjeros. Además, se aprende mucho sobre cultura con ellos. Ella nos cuenta cómo se interesó por el japonés.
"Soy Silvia Vaquero, estudiante de Comunicación Audiovisual y aprendo japonés desde hace años con una profesora particular. Sin embargo, mi relación con este idioma viene de antes, ya que cuando era muy pequeña mi madre me escuchaba cantar, en un idioma extraño para ella, las canciones de los cierres de los “anime” que ponían en la tele.
Así pues, no fue hasta mucho más tarde, cuando estaba en el instituto, que entré en contacto real con el japonés y la sensación que tuve después de mi primera clase fue algo que no voy a olvidar nunca. A partir de ahí no sólo he descubierto un idioma que en mi opinión tiene una belleza increíble, sino que además he conocido la cultura nipona y he entrado un poco en su interesante mentalidad.
Personalmente, me gusta la forma en que muchas cosas son lógicas en este idioma. A veces es como hacer un puzle, solo que esta vez es de memoria: debes encajar piezas que vas adquiriendo conforme vas estudiando y van quedando en tu mente, únicamente así puedes conectarlas después.
Por otro lado, estudio también coreano y pese a ser ambos lenguajes muy diferentes en cuanto a sonidos y gramática en general, la dinámica de algunas estructuras y de algunos conceptos es parecida. Además, algunas palabras como por ejemplo “fotografía”, “familia” o “jirafa” son prácticamente iguales. De hecho, “fotografía” se dice en japonés shashin y en coreano sajin; “familia”, kazoku y kajok respectivamente y “jirafa” es igual para ambos, kirin.
De esta manera, si estudias uno de los dos idiomas antes que el otro, entenderás las formas de funcionar en cuanto a ciertas cosas como lo son las partículas, el uso de contadores o la forma de contar cifras muy grandes. Sin embargo, hay que tener en cuenta que estos idiomas, por lo que respecta a lo que sabemos hoy en día, no pertenecen a la misma familia. Así pues, aunque los dos países estén tan cerca el uno del otro y hayan tenido contacto a lo largo de la historia, son bastante distintos.
Finalmente, me siento conectada de alguna forma a ciertos aspectos de la forma de ser nipona, como la organización, la calma y el disfrute de las cosas pequeñas y sencillas de cada día, por ejemplo. Siento que esto último puede pasar desapercibido en el pensamiento occidental por nuestro afán de relacionar los momentos grandiosos con los momentos felices, cuando realmente la vida y su cotidianidad nos pueden dar infinitamente más felicidad solamente con pararnos a observarla y a disfrutar de ella."
Silvia Vaquero Tramoyeres (2019)
Conocí a Noelia a raíz de impartir unos cursos de introducción a la lengua japonesa en
la Universidad de Valencia. La recuerdo como una alumna despierta y vivaz que tenía interés por conocer la cultura japonesa. Más allá de las clases, pudimos también compartir alguna reunión con japoneses, y es que yo
destacaría su voluntad de entablar lazos de amistad con Japón. Esta es su experiencia:
"Mi nombre es Noelia y estudio japonés en la Universidad de Valencia. He de admitir que mi encuentro con la lengua japonesa no fue premeditado en absoluto ya que empecé a estudiarlo en mi último año de carrera por simple curiosidad. A pesar de haber sentido siempre una cierta atracción por el tan agradable sonido japonés, también es cierto que jamás imaginé que podría enamorarme de tal manera por este idioma hace unos tres años.
Creo que lo más atrayente del idioma japonés es aprender sobre su cultura y costumbres; a medida que nos vamos introduciendo en su aprendizaje, un mundo de contrastes entre lo oriental y occidental se abre ante nuestros ojos. Aun siendo un idioma tan diferente al nuestro, existe alguna ventaja de la cual no podemos beneficiarnos en el caso de otros idiomas. Por ejemplo, la fonética y fonología son inesperadamente parecidas a las del español. En cambio, la gran dificultad que podemos encontrar sería la lectura y escritura de los kanjis, la cual requiere mucha práctica por parte de los estudiantes de este idioma tan interesante.
Para ser honesta, nunca pensé en tener la oportunidad de poder recurrir al idioma
japonés en el ámbito laboral, pero ahora puedo utilizarlo con estudiantes japoneses que vienen a estudiar español en la escuela donde trabajo. Desafortunadamente, todavía no he tenido la
oportunidad de haber viajado a Japón, pero he tenido la suerte de haber conocido a muy buenos amigos nipones. Tras conocerlos he aprendido que, a pesar de tener unas costumbres sociales o un
lenguaje corporal tan diferente al nuestro no somos tan distintos. En mi opinión, nuestro humor o el gusto por la gastronomía y el arte podrían ser algunos de los aspectos los cuales nos hacen
bastante parejos." Noelia Serón (2011)
Conocí a Vicente en la Universidad de Valencia. Durante varios años fue alumno en mis cursos de iniciación en el estudio del japonés. Lo recuerdo como un estudiante aplicado y responsable. Esto es muy importante para desarrollar la constancia y así poder evolucionar en el estudio de una lengua. Os invito a que leáis su opinión.
"Mi nombre es Vicente Esteve. Soy Ingeniero Informático por la Universidad Politécnica de Valencia. Actualmente trabajo en Valencia, en una multinacional de la industria de semi-conductores. Hace algo más de 3 años que llevo estudiando japonés en la Universidad de Valencia. Fue una decisión bastante meditada, llevaba toda mi vida estudiando inglés “por obligación” y había llegado el momento de enfrentarse a una segunda lengua “por afición”.
Quería que fuese una lengua asiática, en parte por interés hacia culturas diferentes y en parte por la gran relación comercial que existe entre empresas como la mía y el lejano oriente. El hecho de ser una lengua fonéticamente sencilla era un punto a favor y el estudio de los kanjis (caracteres chinos) aunque añade bastante complejidad es muy interesante y en cierta medida favorece la memorización del vocabulario.
A veces me refiero al japonés como “El idioma para aquellos que no les gusta aprender idiomas”. En mi caso es así y coincide también con el hecho de que más o menos la mitad de la gente que conozco que está estudiando japonés proviene de carreras técnicas.
Todavía no he tenido la oportunidad de ir a Japón, aunque en mi clase hemos sabido rodearnos de japoneses para practicar la lengua, conocer algo más de su cultura y enseñar parte de la nuestra. Cuando digo a mis amigos que estoy estudiando japonés muchos piensan que no tendré oportunidad de utilizarlo, pero nada más lejos de la verdad. Aún recuerdo cuando tuve que explicar en el trabajo algunas funcionalidades de nuestros productos a 3 japoneses, después de sólo unos meses en la empresa. La posibilidad de utilizar un idioma, por minoritario que sea, llega de las formas más insospechadas.
Hay muchas razones para estudiar japonés, pero sin duda la que más me gusta es la que dice mi profesora Soja sensei: “si estudiáis japonés en cierto modo es porque sois como un japonés”. Vicente Esteve (2011)
Conocí a Haydée en la Universidad de Valencia, cuando enseñaba lengua japonesa y cultura. Era una estudiante aplicada y pronto alcanzó seguridad. En aquel tiempo estudiábamos con la conocida serie de libros "Minna no nihongo" y manuales de apoyo que yo misma realizaba. Ella nos habla de su experiencia en el aprendizaje.
"Me llamo Haydée S. García y estudio japonés desde que me inicié en un curso de la Universidad de Valencia. Comencé a interesarme por la cultura japonesa hace bastante tiempo, aunque no puedo recordar un hecho concreto que me empujase a ello: creo que su modo de vivir, de entender la belleza del mundo me han conmovido desde siempre. Admiro la lentitud y precisión del pueblo japonés en todo cuanto hace, su gusto por las cosas sencillas, su forma de vida pausada y receptiva a las señales de lo que nos rodea. Lo que más me gustó de la lengua japonesa en un primer momento fue que, para mi sorpresa, la pronunciación era relativamente fácil debido a que tenemos fonéticas similares. Ello hizo que, prácticamente desde el primer día, llegase a casa entusiasmada chapurreando mis primeras palabras en japonés, lo cual supuso un gran incentivo. La escritura, por supuesto, era otro cantar. No obstante, siempre he sido de la opinión de que las cosas que requieren un mayor esfuerzo conllevan una mayor satisfacción y os puedo asegurar que cuando consigues escribir tu primera frase en un hiragana estética y técnicamente decente te ves capaz de todo. Me maravilló la forma en que los kanjis encierran tantas ideas y conceptos, con un sincretismo de una lógica aplastante. Los estudiamos desde dibujos primitivos y creo que también así lográbamos entender mucho del pensamiento y la cultura orientales. Nunca he estado en Japón, y me encantaría, porque creo que no hay nada tan maravilloso como lograr entenderte con alguien en su propia lengua: es como un premio al esfuerzo realizado." Haydée S. García (2010)